sábado, 19 de noviembre de 2011

Entrevista a D. Alejandro Gordón, diácono en nuestra Parroquia



     En primer lugar, nos gustaría que se presentase: dónde y cuándo nace, cómo surge su vocación, cuándo ingresa en el Seminario, etc.
     Me llamo Alejandro Gordón González de Aguilar, nací en Sevilla, el 16 de Diciembre de 1987. Cuando cumplí los 16 años, un sacerdote me propuso tener dirección espiritual con él, y poco a poco, fui descubriendo que Dios me llamaba. Para profundizar más en mi vocación, al acabar 2º de Bachillerato, como no terminaba de aclararme, el sacerdote me propuso comenzar a estudiar Teología. Allí conocí a los seminaristas y un día me invitaron a comer y me impresionó ver a tantos jóvenes juntos preparándose para ser sacerdotes y  al final vi que era mi sitio. Así el 24 de Septiembre de 2006 ingresé en el Seminario.

     ¿Cómo están siendo estos años de formación y de confirmación de su vocación en el Seminario?
     Estos años en el Seminario son como los años de la vida oculta de Jesús, donde fue creciendo y madurando para hacer la voluntad de Dios y llevar la Buena Noticia al mundo entero y es así como lo he sentido yo. Ha sido un tiempo de maduración y crecimiento tanto humanamente como espiritualmente para que cuando llegue el día (D.m.) de mi ordenación sea capaz de llevar la Buena Noticia de que Cristo murió por nuestra salvación al pueblo de Dios que se me encomiende, que ahora mismo es Mairena del Alcor.

     ¿Puede describirnos sus sensaciones y emociones el día en el que fue ordenado diácono?
     El diaconado ha supuesto para mí un paso más dentro del camino al sacerdocio. El día de la ordenación estaba muy tranquilo, por la alegría de saber que estaba respondiendo a la voluntad de Dios, que mi vida estaba en sus manos y que yo estaba con Él. Ahora lo veo como una mayor responsabilidad, porque al que Dios más le da, más le pide.

     ¿Piensa ya en su ordenación sacerdotal? ¿Qué sacerdote le gustaría ser? 
     Procuro vivir en el presente y desempeñar el ministerio de diacono lo mejor posible, porque es lo que Dios me pide en este momento. Sin embargo yo entré en el Seminario para ser sacerdote y ahora estoy más cerca que nunca de cumplir la llamada que un día Dios me hizo y así pienso en el día de mi ordenación de sacerdote con ilusión. Y así convertirme en un hombre de Dios, que por amor a Dios me entregue cada día más a su pueblo y así este pueda conocer la salvación que Cristo nos dió con su muerte y resurrección. Además teniendo presente y ayudando si más cabe a nuestros hermanos más necesitados que son la preferencia del Señor.

     ¿Le gustaría animar a otros jóvenes a entregarse del todo a Dios? Y además de la vida sacerdotal y consagrada, ¿cómo podemos los cristianos ser cada día más fieles en la vocación a la que hayamos sido llamados?
     Cómo no, animo a todos los jóvenes a que no tengan miedo de seguir a Cristo y a las familias a que, si conocen a alguien con inquietudes vocacionales, lo animen a entregar su vida a Dios. Él da el ciento por uno. Sin embargo para todos, tenemos que ser fieles a la voluntad de Dios en nuestra vida porque solo así alcanzaremos la felicidad autentica, la que permanece siempre. Esto se consigue estando unidos a Cristo por medio de la vida de la gracia, los sacramentos y la caridad con los hermanos.

     Como joven, ¿qué frutos espera de la JMJ? ¿qué papel deben jugar los jóvenes en las parroquias?
     Espero que haya sido un aliciente para España y así crezca y se arraigue en la fe, ante el secularismo que se esta gestando en nuestra sociedad. También espero que haya calado en las almas de los jóvenes españoles para que sean el futuro de nuestra Iglesia y de la sociedad y así sean fieles testigos de Cristo en medio del mundo en las tareas que desempeñen en sus vidas. Un ejemplo bueno de los frutos de la JMJ lo tenemos en nuestra parroquia, en donde del encuentro en Madrid con el Santo Padre ha surgido un grupito de jóvenes maireneros que quieren conocer más de cerca a Cristo y sentirse alentados por Él en sus caminos. Los jóvenes en las parroquias tienen un papel fundamental, porque son la alegría y el futuro de esa comunidad.

     ¿Qué conocía de nuestro pueblo y de su Parroquia?
     No conocía mucho sobre el pueblo, sabía que era un pueblo grande y con una sola parroquia, lo que hace que el trabajo pastoral sea grande y amplio. 

     Y este conocimiento previo, ¿se está confirmando? ¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de esta comunidad?
     Conforme pasan los días me doy cuenta de que es un pueblo celoso de sus tradiciones y devociones y muy religioso, con lo cual es una gracia de Dios el poder llevar la Buena Noticia a dicha porción de su pueblo.

     ¿Cómo será su apostolado en Mairena? ¿se encargará de alguna tarea concreta?
     Mi apostolado en Mairena ira de la mano de D. Antonio y de D. Carlos, atendiendo aquello que me pidan y necesiten. Creo que me encargaré de algunas bodas y bautizos y estaré muy  presente en el nuevo grupo joven de la parroquia surgido de la JMJ.

     ¿Qué espera y qué nos pide a los maireneros?
     Que juntos y durante este año caminemos hacia el encuentro personal con Cristo que es el único que puede saciar todos los interrogantes del hombre y personalmente que este año de diaconado en Mairena junto a vosotros me ayude a dar el paso definitivo en mi entrega total a Cristo como sacerdote.