lunes, 28 de septiembre de 2020

En el fallecimiento del Sacerdote Horacio Solís Iglesias


El pasado día 17 de este mes, a los 79 años, fue llamado a la casa del Padre, Horacio Solís Iglesias, sacerdote Paulino que durante unos años estuvo muy vinculado a nuestra comunidad parroquial.

Nació el 18 de noviembre de 1940 en Valdepolo, una pequeña aldea a 40 km. de León.   A los 14 años, Horacio entró en la comunidad de los Paulinos en Zalla, en el Pais Vasco. En el año 1961 ingresa en el noviciado de Coslada (Madrid). En 1965 fue trasladado a Roma donde emitió la profesión perpetua y de nuevo en Roma, el 30 de junio de 1969 fue ordenado sacerdote.

Una vez ordenado está en diversas provincias españolas y desde el año 1977 al 1981, está en Sevilla, en la librería San Pablo de la calle Sierpes. Es ahí donde conoce a D. Enrique y comienza su andadura en nuestra parroquia, donde ayuda a la celebración de bodas y bautizos y conecta con un grupo de jóvenes, teniendo reuniones semanales todos los domingos a las 5 de la tarde (las llamábamos la reunión de las 5).

De estas reuniones sale un pequeño coro, que cantábamos en la Misa de todos los domingos por la tarde en la parroquia, donde nos íbamos después de la reunión. También organizaba retiros de jóvenes, en Adviento y Navidad. A destacar su participación como futbolista, en el equipo Ágape, que se formó en nuestra parroquia para participar en los campeonatos locales de aquellos tiempos.



Fue una gran ayuda para D. Enrique, ya que en aquellos era el único sacerdote de nuestra comunidad, aunque su asistencia se limitaba a los domingos, aunque para cualquier emergencia siempre estaba disponible.



También coincidió su presencia, con los inicios del grupo de misiones de nuestra parroquia, grupo que fueron los inicios de Llamarada de Fuego. Ahí fue también un gran animador. Recuerdo como nos enseñó a medir la cuerda para atar los paquetes y luego para lacrarlos, cuando se enviaban por correos a Malawi. La primera “maquinita” que tuvimos y que aún esta utilizándose, para precintar, fue un regalo de él. 

En el año 1.994 vuelve a Sevilla hasta 2008, donde pone en marcha desde la librería San Pablo, la emisora de radio Onda San Pablo, muy seguida en nuestra localidad, donde realizaba una extraordinaria labor evangelizadora. Era un enamorado de la comunicación, por lo que cuando la administración andaluza no le concedió la autorización para seguir retransmitiendo, sufrió una pequeña decepción.

En esta segunda fase, se involucró con uno de los grupos de matrimonios de nuestra parroquia perteneciente a los Equipos de Nuestra Señora, donde estuvo participando hasta su vuelta a Madrid.

Somos muchos los que le recordaremos siempre, porque esa etapa de nuestra juventud hubiera sido muy distinta sin él, debido a su forma ejemplar de ver la vida, a su forma de dar a conocer a Jesús de Nazaret, a su alegría y a su afán de comunicar el evangelio. La palabra comunicación era mágica para él y en uno de los retiros trato el tema denominado “Comunicarse cuestión vital”, título que años después dio a uno de sus libros.

Gracias Horacio. Descansa en Paz.

PD. El próximo viernes día 2 de octubre, a las 8 de la tarde, en la parroquia se celebrará una misa por su eterno descanso