El contenedor llega a su lugar de destino, el día 18 pasadas las 5 y media de la tarde, rayando la noche y tras estar esperando desde las 10 de la mañana. Ni pensar queríamos que al final no llegase, pues estaba todo preparado, vehículos y bastante personal.
Apenas comenzamos se hizo de noche y todo con linternas, con el cacao que se montó, no fue fácil. Distribuir en 2 horas toda la carga, leyendo pegatinas y separando para 10 misiones. Unas al almacén, de las misiones que no habían podido acudir y el resto directo a sus vehículos.
Caló pa reventá, alegría pa regalá y teniendo presente a tantas y tantas gente que había hecho posible que aquello estuviese allí.
Otra vé, gracias a to er mundo.
Seguimos machacando.
