Ante los últimos acontecimientos ocurridos en nuestra Hermandad, como director espiritual de la misma, debo informar a todos los hermanos del Decreto que con fecha del 18 de Marzo de 2014 ha emitido la Delegación Episcopal de Asuntos Jurídicos de Hermandades y Cofradías del Arzobispado de Sevilla acerca de la cesión de la junta de gobierno elegida
en el último cabildo de elecciones celebrado en nuestra Hermandad el 3 de Junio ele 2012, y comisionar el régimen y gobierno de la misma a D. José Bustos Jiménez, quien en compañía de los auxiliares necesarios se encargará de la vida de nuestra Corporación hasta que se considere restablecida la
necesaria comunión entre los hermanos y puedan convocarse elecciones a la Junta de Gobierno.
Hay que remarcar que tras lo sucedido en los últimos meses en nuestra Hermandad, y que ha precipitado la disolución de la junta y el nombramiento del Comisionado, aquí no hay vencedores ni vencidos, ni buenos ni malos, sino solamente hermanos, hermanos que con mayor o menor acierto han intentado llevar adelante la Hermandad.
Pero no se puede olvidar que nuestra Hermandad, como todas, es una asociación pública de fieles dependiente ele la Autoridad Eclesiástica, y que por ello, no podemos llevar a cabo nada sin la pertinente autorización de quien corresponde, en este caso de la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías, del Vicario General y del Señor Arzobispo, y que actuar de manera contraria a lo establecido por la Autoridad Eclesiástica es falta de gravedad que no puede quedar sin consecuencias.
Pero la más que centenaria historia de nuestra Hermandad nos exige ahora mirar hacia adelante con esperanza y responsabilidad, así como trabajar sin descanso para normalizar la vida de nuestra corporación, siendo esta una tarea de todos y cada uno de los hermanos, partiendo de la necesidad de mantener abiertas las puertas y el corazón de esta Hermandad para acoger e integrar a cada hermano.
Todos somos necesarios en este reto que el Señor de la Humildad nos pide y que para poder llevar a cabo con éxito no necesitamos más que poner nuestros ojos en Él, que nos enseña a ser mansos y humildes de corazón, a perdonar y a dar la vida por nuestros hermanos.
Que Nuestra Madre la Virgen de los Dolores interceda ante el Señor para que seamos capaces de dar testimonio de Fe, misericordia y humildad a nuestro mundo y a nuestro pueblo.
Antonio Rodríguez Babio, párroco.