Dios interviene en la vida de los hombres y cuando se le deja hacer... interviene más. Pero claro, a veces esperamos rayos y truenos, y centellas espeluznantes en el firmamento y milagros cósmicos... y El se cuela en lo pequeño, en lo silencioso, en lo transparente, en lo cotidiano.
Jesús se dio cuenta de que el final de Israel se acercaba. Cada uno si mira su vida también verá el final de muchas cosas y el principio de otras mil.
Y lo de Dios viene de los cuatro vientos, de cualquier parte, por cualquier fisura...en cualquier persona y lugar.
Más allá de la catástrofe siempre está Dios.
ANA IZQUIERDO
Extraído de DABAR nº 59 – Ciclo B – 18 de Noviembre de 2012
