Nuestro Arzobispo, Monseñor Asenjo, ha dedicado su última carta pastoral a la Virgen María y la especial devoción a la misma durante el mes de Mayo. En este enlace puede leer el texto completo de la carta, de la que extraemos las siguientes meditaciones:
"La Santísima Virgen ocupa un lugar central en el misterio de Cristo y de la Iglesia".
"Ella, al pie de la Cruz, nos recibe como hijos y acepta el dolor y la muerte de su Hijo y lo ofrece al Padre, convirtiéndose por un misterioso designio de la Providencia de Dios, en corredentora de toda la humanidad".
"Por ser madre y corredentora, es medianera de todas las gracias necesarias para nuestra salvación, para nuestra santificación y para nuestra fidelidad, lo cual en absoluto oscurece o disminuye la única mediación de Cristo".
"Ella asunta y gloriosa en el cielo, sigue actuando como madre, con una intervención activa, eficaz y benéfica en favor de nosotros sus hijos, impulsando, vivificando y dinamizando nuestra vida cristiana".
"La devoción a la Virgen, conocerla, amarla e imitarla, vivir una relación filial con ella, acudir a Ella cada día, honrarla con el rezo del ángelus, las tres avemarías, el rosario u otras devociones recomendadas por la Iglesia, no es algo accidental de lo que podamos prescindir sin que se conmuevan los cimientos mismos de nuestra vida cristiana".
"Pablo VI nos dejó escrita una frase que yo querría que se grabara en nuestros corazones: "Para ser auténticamente cristianos, hay que ser verdaderamente marianos".
"Honremos a la Virgen cada día de nuestra vida y muy especialmente en este mes de mayo. Acudamos a visitarla en sus santuarios y ermitas con amor y sentido penitencial. Qué bueno sería que en nuestras parroquias se restauraran las flores de mayo u otras devociones parecidas. El amor y el culto a la Virgen es un motor formidable de dinamismo espiritual, de fidelidad al Evangelio y de vigor apostólico. Que nunca nos acostemos tranquilos sin haber tenido un detalle filial con Nuestra Señora".